#ElPerúQueQueremos

FUENTE: diario-jazz50.blogspot.com

Sobre votos racionales, irracionales y racionalizados

Comunidad socioambiental

Rodrigo Arce Rojas

Publicado: 2016-02-24

Debemos suponer que los votos racionales son aquellos que están muy bien pensados. Por el contrario votos irracionales serían aquellos que no han sido pasados por el escrutinio del pensamiento serio y profundo. Votos racionalizados son aquellos que se basan en construcciones argumentativas justificadoras y que frecuentemente derivan al autoengaño. Mediante estos procesos de racionalización se convierten las atrocidades cometidas anteriormente en “pequeños errores”, no se asume la culpabilidad y se le achaca siempre a los otros, cuando se dice que no se sabía nada aunque todo el mundo sabe que es una monumental mentira, cuando se justifica el pisoteo de los derechos humanos en nombre del crecimiento económico y la eficiencia. 

Ahora bien, seguramente los politólogos nos dirán que no existen votos irracionales porque cada persona tiene su propia racionalidad. Cierto es que es muy difícil separar lo objetivo con lo subjetivo porque forma parte de la realidad humana, la objetividad conviviendo con la subjetividad forma parte de la naturaleza humana. No obstante, podemos apelar a que los votos sean conscientes, responsables. Podemos afirmas que un voto es responsable cuando, sin desconocer tus intereses personales, pones en primer plano el interés colectivo sobre el interés personal, cuando no se reduce a un pragmatismo absolutamente egoísta, cuando es genuino y digno, cuando se basa en valores, cuando considera la sostenibilidad y no la mirada estrecha del corto plazo y el interés inmediato.

Tú te mereces más, no te contentes con menos. Que tu voto sea un reflejo de lo grandioso que eres, que sea una proyección de tus valores, de tu destino superior. Por eso, haz de tu voto una poesía para que le rinda culto a la belleza, a la armonía, a la trascendencia. Que tu voto sea manifestación plena del amor a la sociedad tanto como te amas a ti mismo, que tu voto sea capaz de movilizar las fibras más íntimas de tu ser y permita contagiar a la sociedad con sueños, proyecciones y sentidos superiores. Que tu voto se asocie a tu potencial humano y no a tus temores, que le rinda culto a la equidad, a la justicia y no al pragmatismo cortoplacista del interés propio. La mentira, la corrupción, el desprecio a los derechos humanos forman parte de otra historia pero no de la poesía de tu voto. Tú tienes la posibilidad de hacer que tu voto rime con la sostenibilidad, con el desarrollo de todo tu potencial humano, con las oportunidades para todos. Hay tanta poesía en ti que no vale la pena convertirlo en acto prosaico. Hay tanta poesía por escribir, tanto puerto donde llegar, tanta inspiración para caminar…

¿Por qué tendríamos que resignarnos a votar por el candidato menos malo desde hace varias elecciones? Eso nos hace perder la autenticidad de nuestro voto. ¿Somos víctimas de las circunstancias, de los poderes económicos, de los medios de comunicación? o ¿Somos copartícipes pasivos de la imposición de los poderes fácticos? Está en nuestras manos hacer la diferencia.

Hagamos de las elecciones una oportunidad para vivir una democracia genuina. No votemos acríticamente ni juguemos “a ganador” o “a perdedor”. No dejemos a un lado la historia en nombre del pragmatismo y una pretendida eficiencia. La calidad de la democracia depende de la calidad de los ciudadanos. No merecemos ser gobernados por los que no merecen nuestra confianza. Nos merecemos sensatez, equilibrio, probidad, transparencia, diálogo, sostenibilidad. Nos merecemos los mejores no los que han hecho de la política una desvergüenza institucionalizada.

Los políticos tienen la rara capacidad de hacer malabarismo lingüístico de tal manera que cambian caprichosamente el significado de las palabras. Si las palabras pudieran hablar muchas de ellas se avergonzarían porque son obligadas a expresarse de manera falaz. Por ejemplo cuando los políticos quieren justificar su cambio radical mencionan que han evolucionado, cuando los vemos defender a alguien que antes cuestionaron señalan que quieren fortalecer la gobernabilidad, cuando cambian repentinamente de opinión refieren que sus palabras fueron malinterpretadas, cuando defienden lo indefendible mencionan que es mejor superar el pasado y mirar siempre hacia adelante, cuando les dicen por qué han vuelto habiendo negado volver dicen porque se lo piden las bases, cuando les recuerdan sus abusos y atropellos señalan que fueron errores o que lo que más importante era el futuro y en ser más efectivos. Es nuestra responsabilidad no dar pie a neonarrativas que aparecen como ovejas cuando en realidad son lobos en campaña, que dulcifican su voz y su trato solo para esconder sus siniestras y verdaderas intenciones. Nunca más a los que jamás tuvieron la hidalguía de pedir perdón.


Escrito por

Rodrigo Arce

Forestal social y facilitador de procesos sociales. Escribe sobre temas socioambientales.


Publicado en

Comunidad socioambiental

Un espacio para reflexionar, proponer, construir, deconstruir y reconstruir sobre las interacciones entre ciencias sociales y ambientales.