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El marco conceptual en la gestión y monitoreo de proyectos forestales

Contribuciones para avanzar hacia una gestión forestal efectiva

Comunidad Socioambiental

Rodrigo Arce Rojas

Publicado: 2015-09-14

El marco conceptual, o llamado también modelo conceptual, es una importante herramienta de gestión y monitoreo en los proyectos de todo tipo, por lo tanto también aplicable al caso de proyectos forestales. El marco conceptual es una suerte de sustento teórico y estratégico que sustenta el desenvolvimiento de un proyecto. El marco conceptual aunque parte de la matriz de planificación la supera ampliamente porque incorpora elementos que permiten una mejor comprensión de los diferentes factores que están en juego y su necesaria integración. Un marco conceptual es una especie del gran guión de actuación, representa la modelación inicial de cómo estamos entendiendo el proyecto y cómo pretendemos gestionarlo tanto en los aspectos biofísicos, socioculturales y gerenciales. Su presentación es generalmente un texto corrido aunque adicionalmente podemos incluir mapas mentales (o mapas conceptuales) que ayuden a su mejor interpretación. 

Idealmente el marco conceptual lo deberíamos elaborar en la primera fase de planificación e implementación del proyecto. Es importante que participe todo el equipo en su elaboración aunque puede partirse de una versión de trabajo elaborado por los líderes del proyecto. También es posible que cada líder de Componente (o Resultado) trabaje “su” propio marco conceptual y luego se proceda a un trabajo de integración. Debe quedar claro que la integración no significa suma de partes sino interrelación de partes porque precisamente la idea del marco conceptual es que nos ayude a gestionar como procesos. De esta manera cada líder entiende mejor su propio proceso y entiende que es parte de un proceso mayor al cual debe integrarse positiva, creativa y comprometidamente. El marco conceptual nos debe ayudar entonces a superar una gestión fragmentada o de parcela cuando no se logra entender que el éxito del proyecto es la gestión de todo el proceso y no únicamente de los sub procesos o subsistemas.

También es recomendable que el marco conceptual pueda ser compartido con los socios del proyecto incluyendo a las poblaciones locales involucradas. Para ello se puede emplear los diferentes medios que nos ofrecen las estructuras de los proyectos tales como Directorios, Comités Directivos; o mecanismos de consulta directa con las poblaciones locales. En este caso se deberá tener especial cuidado del formato de la presentación, su pertinencia, oportunidad, dosificación y claridad de contenidos. Este proceso de validación y legitimación social es muy importante para fortalecer la transparencia y la confianza que debe existir entre los involucrados.

¿Un marco conceptual es una reiteración del Documento del Proyecto o de la Matriz de Planificación (Marco Lógico) del Proyecto? ¿No basta con estas herramientas? La experiencia nos dice que no. Tengamos presente que la formulación del proyecto es todo un proceso y corresponde a un contexto temporal determinado. Mucho tiempo puede haber pasado desde que se formuló el marco lógico del proyecto (meses y a veces años) y las condiciones pueden haber cambiado. Tengamos presente además que no siempre ha sido posible, aunque siempre es recomendable, involucrar directamente a la población en el diseño del proyecto. Cierto es que no todos los perfiles de proyectos logran ser aprobados y eventualmente se podrían frustrar algunas expectativas locales. Por ello es recomendable que en los procesos de consulta la población esté muy clara respecto a los procesos de aprobación de los proyectos. Existen otros factores también que eventualmente afectan la consistencia de los marcos lógicos como la forma como las instituciones cooperantes o financieras evalúan las propuestas. Además, se supone que los formuladores de proyectos conocen con absoluta certeza todos los factores que están en juego en la propuesta, cosa que no siempre es cierta.

La condición previa para elaborar un marco conceptual es tener claro el enfoque estratégico: visión, misión, valores y propuesta de valor. Aunque se supone que hay mucha coherencia entre el título del proyecto, su finalidad, su propósito, los resultados o componentes no siempre es así. Incluso tenemos que guardar coherencia entre todos estos aspectos y el resumen del proyecto y las medidas de éxito. Con más razón tenemos que estar seguros que estamos hablando del problema correcto. Aunque podríamos suponer que la consistencia del marco lógico ya pasó la prueba de rigor, se supone que por ello fue aprobado su financiamiento, la experiencia nos indica que no siempre es así. Podríamos ser altamente efectivos solo que con el problema inapropiado.

No solo tenemos que aclarar bien cada uno de estos aspectos del enfoque estratégico sino que hay que ser absolutamente rigurosos en los conceptos que se están empleando en estas formulaciones. A la consistencia semántica hay que añadir correlación absoluta entre estos aspectos. Necesitamos entonces tener definiciones operacionales que nos permitan identificar las variables en juego y así mejorar el proceso de implementación. Si no hacemos esto, eventualmente podría suceder que no haya coherencia entre el propósito y las medidas de éxito por ejemplo. O el resumen del proyecto podría no estar considerando apropiadamente la naturaleza del proyecto y los factores clave del proyecto. Se insiste en el hecho que obviar este ejercicio podría incidir negativamente en la evaluación media del proyecto o la evaluación final del proyecto. Debemos tener en cuenta que el documento del proyecto es la base del contrato que firmamos con las instituciones cooperantes o financieras por lo que debemos dar cuenta de los compromisos asumidos en el contrato. Por todas estas razones no basta entonces con el documento del proyecto o la matriz de planificación (Marco Lógico). El marco conceptual nos ayuda entonces a sincerar todos estos aspectos y tener mayor claridad en el desenvolvimiento del proyecto, así mismo nos ayudaría a actualizar los términos del contrato con la institución cooperante por lo que hay que saber comunicarlo.

Aunque no hay una receta absoluta sobre los contenidos de un marco conceptual se podría considerar los siguientes tópicos:

- El enfoque estratégico

- Las medidas de éxito

- La naturaleza del proyecto

-  Base conceptual que sustenta la implementación del proyecto como un todo y por cada uno de los componentes

o Conocimientos y Experiencias propias de los integrantes del proyecto

o Revisión de literatura pertinente sobre factores clave del proyecto

o Conocimientos y Experiencias de proyectos afines

- Supuestos e hipótesis 

- Amenazas y riesgos

- Estrategias

- Estructura organizacional y cultura organizacional

El marco conceptual elaborado al principio corresponde a la condición inicial por lo que se supone que no se tiene aún todos los factores bajo control, existen todavía vacíos de conocimientos y se plantean hipótesis de trabajo. Por ello el marco conceptual no tiene carácter estático sino todo lo contrario. Requiere ser usado y contrastado permanentemente con la realidad. En un proceso de construcción adaptativa iremos ratificando muchas premisas, revisando y cuestionando otras e incluso eliminando algunas premisas que no están funcionando e incorporando nuevos elementos. Así podremos tener un Marco Conceptual de llegada que sustenta cómo lo hicimos, qué factores explican nuestros éxitos o nuestros productos inacabados o incluso las razones de algunos fracasos.

Como podemos inferir entonces el Marco Conceptual es una herramienta de mucha aplicación en la gestión del proyecto, su uso permanente nos ayuda a gestionar procesos, nos ayuda a afinar permanentemente el sistema de monitoreo y evaluación, nos ayuda a contextualizar mejor los procesos de sistematización y de recopilación y gestión de lecciones aprendidas. Otro alcance del Marco Conceptual es que nos invita a gestionar cada proceso o acción sobre la base de un enfoque conceptual y metodológico. Se busca que predomine una cultura de la razón antes que una cultura de imposición. Con este enfoque se promueve una cultura organizacional orientada al interaprendizaje y la creatividad donde se reconoce el papel fundamental que cumple el talento humano en la organización. Se invita a pensar, a actuar, a reflexionar, a escribir, a proponer a construir marcos conceptuales en todo lo que hagamos o dejemos de hacer. Es una forma de incorporar la gestión del conocimiento a la cultura organizacional.

El Marco Conceptual no reemplaza al Marco Lógico pero si le da una nueva significación, nos permite afinar indicadores, generar nuevos indicadores o eliminar indicadores que no son coherentes con la lógica rigurosa del proyecto. Fortalecer nuestras capacidades de gestión de proyectos es una responsabilidad ante la comunidad, ante nuestras instituciones, ante la sociedad y el desarrollo de la profesión.

Literatura recomendada: 

RICHARD MARGOLUIS Y NICK SALAFSKY. 1987.

Medidas de Éxito. Diseño, manejo y monitoreo de proyectos de conservación y desarrollo. Primera Edición. Foundations of Success. Island Press. Ilustrado por Anna Balla. Traducido al español por Cristina Goettsch Mittermeier y Lisa Villela. Washington, D.C.


Escrito por

Rodrigo Arce

Forestal social y facilitador de procesos sociales. Escribe sobre temas socioambientales.


Publicado en

Comunidad socioambiental

Un espacio para reflexionar, proponer, construir, deconstruir y reconstruir sobre las interacciones entre ciencias sociales y ambientales.